The Wanderer
I know not the cinnamon forests,
but there I see the afternoon sun
tremble like music,
like a space in the heart for which
time has reserved
its bees.
Only bamboos have a blue silence,
shining in the boundary of the day.
Whence do I come, dressed in solitude,
to recognize the earth?
I heard the roosters in each of the
hours of the dead,
I found the homes after the night rain,
scattered among red round trees.
Do I hide the world in my senses?
I've seen a leopard asleep among the
reeds at the high noon of
[the year
[the year
when sadness begins to illuminate.
I saw a child's funeral coming down the
mountain
when the hares fled among solar herbs.
I saw a mother cover her face with her
hair forever.
Whither will I guide my steps that left
damp,
shining barns behind,
fires with guitars in peasant feasts?
Time has not stopped me yet.
There is a tempest reserved for my
bones,
a firebolt in the cane fields of the
night.
Night Sense
Dark silences where beetles shine,
the warm
pupil like a grudge where a pine burns,
the fear
of the squirrel in the middle of the eyes,
a
lightning in the fluvial bottom of memory,
behold an
instant to become a bit of night,
a pool of
stellar wakefulness.
Darknesses
in the water give me unfinished spaces,
pulsating
jewels, chandeliers of nuptial abodes.
Fabrics
float in the wind of the shadow,
and everywhere
sound the fountains of aboriginal mouths,
the waters
toward the bottom where light is drained,
where an
echo restarts, coming from us.
Night
progresses like a bottomless palace.
From
Los espacios cálidos, Mar Caribe, 1952, Pre-textos, 2005. You can find
translations of Gerbasi's poems here.
El caminante
Desconozco los bosques de canela / pero en ellos veo el sol
de la tarde / temblar como una música, / como un espacio
del corazón para el que el tiempo ha reservado / sus abejas. //
Solo los bambúes tienen un silencio azul / para brillar en
el confín del día. // ¿De donde vengo vestido de soledad para
reconocer la tierra? // Oí los gallos en cada una de las horas
de los muertos. / encontré las viviendas después de la lluvia
de la noche / dispersas entre redondos árboles rojos. //
¿Escondo acaso el mundo en mis sentidos? // He visto un
leopardo dormido entre juncos en el mediodía del año /
cuando comienza a iluminarse la tristeza. // Vi el entierro de
un niño bajar de la montaña / cuando liebres huían entre
hierbas solares. // Vi una madre cubrirse el rostro con sus
cabellos para siempre. // ¿Hacia dónde he de guiar mis pasos
que dejaron atrás graneros húmedos / y brillantes, / lumbres
con guitarras en las fiestas labriegas? //
El tiempo aún no me detiene. / Hay
una tempestad reservada a
mis huesos, / un relámpago en los
cañaverales nocturnos
Sentido de la noche
Los silencios oscuros donde brillan los escarabajos, /
la pupila
cálida como un rencor donde se incendia un
pino, / el miedo de la ardilla en mdio de los ojos, / un
relámpago en el fondo fluvial de la memoria, / he aquí
un instante para convertirme en un poco de noche, / en
un estanque de insomnio estelar. / Las oscuridades en el
agua me dan espacios inconclusos, / joyas palpitantes,
lampadarios de moradas nupciales. / Flotan telas en el
viento de la sombra, / y alrededor suenan fuentes
pino, / el miedo de la ardilla en mdio de los ojos, / un
relámpago en el fondo fluvial de la memoria, / he aquí
un instante para convertirme en un poco de noche, / en
un estanque de insomnio estelar. / Las oscuridades en el
agua me dan espacios inconclusos, / joyas palpitantes,
lampadarios de moradas nupciales. / Flotan telas en el
viento de la sombra, / y alrededor suenan fuentes
de bocas
aborígenes, / aguas hacia el fondo donde la luz
se agota, / donde un eco recomienza viniendo de nosotros. /
se agota, / donde un eco recomienza viniendo de nosotros. /
La noche
avanza como un palacio sin fondo.
De
Los espacios cálidos, Mar
Caribe, 1952, Pre-textos, 2005. Esta página está dedicada al poeta venezolano.
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