In its
beginning, dialogue’s the easiest thing in the world to write when you have a
good ear, which I think I have. But as it goes on, it’s the most difficult,
because it has so many ways to function. Sometimes I needed to make a speech do
three or four or five things at once—reveal what the character said but also
what he thought he said, what he hid, what others were going to think he meant,
and what they misunderstood, and so forth—all in his single speech. And the
speech would have to keep the essence of this one character, his whole
particular outlook in concentrated form. This isn’t to say I succeeded. But I
guess it explains why dialogue gives me my greatest pleasure in writing.
From her interview with Linda Kuehl, The Paris Review. You can read the full interview here.
En sus comienzos, el diálogo es lo más fácil de
escribir si uno tiene buen oído, y yo creo que lo tengo, pero, a medida que
avanza, se convierte en lo más difícil, porque tiene muchas funciones. A veces
yo tenía que lograr que un parlamento hiciera tres, cuatro o cinco cosas a la
vez – revelar lo que el personaje dijo, pero, a la vez, lo que creyó que dijo,
lo que escondió, lo que otros creerían que quiso decir y lo que no entendieron,
y así sucesivamente – todo en ese único parlamento. Y este debía conservar la
esencia de ese personaje, la totalidad de su perspectiva singular de manera concentrada.
Esto no significa que lo lograra, pero supongo que explica por qué el diálogo
me produce el mayor placer al escribir.
De la entrevista realizada por Linda Kuehl para The Paris Review. Pueden leer la entrevista completa aquí.
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