Monday, August 31, 2015

Raúl Gustavo Aguirre on poetry (from his fourth thesis on poetry) / RGA, sobre la poesía (de su cuarta tesis sobre la poesía)

... a poem is a fact in a person's existence. In other words, rather than the idealist, non-existent notion of a literary product that a pure, distant gaze can consume without being altered by such consumption, a poem is something that "happens" in our lives (both if we create it, when we materialize it into words, and if we create it, too, by receiving it in a constellation of words to which we give, or from which emerges, a sense or meaning that "glows" or "touches us"). I insist, because I think this is very important: a poem is something that happens to "us," it's a fact, an event in our lives in which we participate and in which it participates, and therefore can alter them. So, we know to what extent a poem can be a revelation that, in a way, will affect the course of our lives. In sum, a poem pertains to the world of facts; it's something factual, and if it's tied to the course of our lives, then it belongs in the realm of "doing," in the realm of something that philosophy calls "ethics."


Spanish version taken from La mojarradesnuda.

... un poema es un hecho en la existencia de una persona. Es decir: antes que la noción idealista e inexistente de un producto literario que una mirada pura y distante puede consumir sin ser por ello alterada, un poema es algo que “ocurre” en nuestras vidas (tanto si lo creamos nosotros, en el momento de concretarlo en palabras, como si lo creamos también nosotros, al recibirlo en una constelación de palabras a la que damos, o de la que surge, un sentido o significado que “fulgura" o “nos toca”.) Insisto, porque esto me parece muy importante: un poema es algo que “nos” ocurre, es un hecho, un acontecimiento en nuestras vidas, en el que participamos y en el que ellos participan y, por lo tanto, es capaz de alterarlas. Y bien, sabemos hasta qué punto un poema puede ser una revelación que, de alguna manera, influirá en el curso de nuestra existencia. En suma: un poema pertenece al mundo de los hechos; es algo fáctico, y si tiene que ver con el curso de nuestras vidas, entonces entra en el campo del “hacer”, en el campo de algo que, en filosofía, se denomina "ética".

Tomado del blog Lamojarra desnuda.

Thursday, August 20, 2015

Three poems by Ana Laferranderie (Uruguay, 1969), translated by Judith Filc / Tres poemas de Ana Laferranderie

Where something is absent. The shadow attached a mountain to her. Seeking relief, she tested the weight of emptiness as if no lands or seasons existed. And while her nails revealed a script she set foot on the top.
She didn't see an arrow from the remainder but a curve of ethereal whips, weightless space to fathom. That's why she quietly persisted, waiting for a sound that would free waves to thrust herself forward. Impress a voice where something is missing. A promising expansion of the evening, or at least the drumming of knuckles. A word that would resonate, muffled. A caress approaching, blind.

Taken from Valknutr. It belongs to the series Territorios, written in 2007.


The stone of the house is eroding. I hear the water beating outside. Something of me is growing far away. I wouldn't know how to be as I was before, unmarred at home, attached to the light of its instruments.

In noticing what's absurd. This torpor pervades the day; movement loses meaning. I look at the opening space behind the window. I follow it in the distance, up to a rock where the cold surf hits. It disintegrates; it spreads in fluidness. I'm still before me. With my feet in the water, I know I'm fading matter.

From Volcar la cuna Ediciones del Dock. You can find other poems by AL in Spanish here.

Donde algo falta. La sombra le adhería una montaña. Para aliviarse sopesaba vacío, como si no existieran territorios ni estaciones. Y mientras develaba una trama con las uñas, ponía el pie en la cumbre.
No veía la flecha desde lo remanente sino una curva de látigos etéreos, espacio ingrávido para discernir. Por eso persistía quieta, esperando un sonido que habilitara ondas para impulsarse. Imprimir una voz donde algo falta. Una promisoria ampliación de la tarde o al menos un fraseo de nudillos. Una palabra que resuene sorda. Una caricia que se acerque, ciega.


Tomado de Valknutr. Pertenece a la serie Territorios, de 2007.


La piedra de la casa se desgasta. Escucho cómo golpea afuera el agua. Algo de mí crece lejos. No sabría estar como antes intacta en el hogar, apegada a la luz de sus instrumentos.

Por ver lo absurdo. Este sopor invade el día, pierde sentido el movimiento. Miro el espacio que se abre detrás de la ventana. Lo sigo lejos, hasta una piedra donde golpea espuma fría. Se desintegra, se dispersa en lo líquido. Yo sigo frente a mí. Con los pies en el agua sé que soy materia que se apaga.

De Volcar la cuna, Ediciones del Dock. Pueden encontrar otros poemas de AL aquí.


Friday, August 14, 2015

Paul Celan on the poem / Paul Celan, sobre el poema

The poem holds its ground, if you will permit me yet another extreme formulation, the poem holds its ground on its own margin. In order to endure, it constantly calls and pulls itself back from an “already-no-more” into a “still-here”.

This “still-here” can only mean speaking. Not language as such, but responding and – not just verbally- “corresponding” to something.
            In other words: language actualized, set free under the sign of a radical individuation which, however, remains as aware of the limits drawn by language as of the possibilities it opens.

            This “still-here” of the poem can only be found in the work of poets who do not forget that they speak from an angle of reflection which is their own existence, their own physical nature.
            This shows the poem yet more clearly as one person’s language become shape and, essentially, a presence in the present.

From "The Meridian," in Paul Celan: Selections, translated by Pierre Joris. University of California Press. You can find the full text in R. Waldrop's translation here.


            El poema se mantiene firme, si me permiten otra formulación extrema, el poema se mantiene firme en su propio margen. Para persistir, se llama y se retrae constantemente de un "ya-no-más" a un "aún-aquí".

Este "aún-aquí" solo puede querer decir hablar. No el lenguaje como tal, sino responder y no solo verbalmente  – "corresponder" a algo.
            En otras palabras, el lenguaje materializado, liberado bajo el signo de una individuación radical que, no obstante, sigue estando tan consciente de los límites trazados por el lenguaje como de las posibilidades que este abre.
            Este "aún-aquí" del poema solo puede hallarse en la obra de los poetas que no se olvidan que hablan desde un ángulo de reflexión que es su propia existencia, su propia naturaleza corporal.
            Esto muestra todavía más claramente el poema como el lenguaje de una persona hecho forma y, esencialmente, una presencia en el presente.

De "El meridiano". Mi traducción de la versión en inglés. Pueden encontrar el texto completo en inglés traducido por R. Waldrop aquí.

Tuesday, August 4, 2015

A poem by María Luisa Artecona de Thompson (Paraguay, 1924), translated by Judith Filc / Un poema de María Luisa Artecona de Thompson


The Time of the Tree

It wasn't the tree.
But the breeze, yes, and the bird
and the prayer of the bird;
and the doctrine of the fruit
and the ritual of the yellow
butterflies.
It wasn't the tree.
But the bell tower, yes, of the corollas
and the soil for the descent of the flowers
and the root of the rain
and the reason of the shadows
and the green arm of the drizzle.
It wasn't the tree.
But the cloud, yes, and the wind
and the voice, the body and the soul of the wind
and the limbs for the yearning of water
and the insides for the wish of the sun
and the path of clear wings.
It wasn't the tree.
But the moon, yes, and the multifarious
ridges of its metallic light
and life in the flesh of the fruit
and the instant of the hands
and the serenity of longing.
It wasn't the tree.
But the gale, yes, and time
and daybreak and twilight
and the maker of the landscape
and what's visible of earthly things
that were there first, to be him.
It wasn't the tree.
But the exaltation, yes, of smallness
and the wonder of grass at its feet
and the gates of damask dawn
and the end of darkness;
and perhaps the intimacy of the pink star.
It wasn't the tree.
But the event, yes, among many events
and the appeal of memories
and fall, winter, and summer
and the chalice of tranquility
and the restless crevices of the sky.
It wasn't the tree.
But the legend, yes, to evoke
the memory of other trees
and what's not in them
or in us
and must fall into times immemorial.

The legend of the tree.
It's not the tree.
Nothing else.
It's time immemorial.


From El canto a oscuras. You can find the full book in Spanish here.

Tiempo del árbol

No era el árbol.
Pero la brisa, sí, y el ave
y la plegaria del ave;
y la doctrina del fruto
y el ritual de las mariposas
amarillas.
No era el árbol.
Pero el campanario, sí, de las corolas
y la tierra para el descenso de las flores
y la raíz de las lluvias
y el motivo de las sombras
y el brazo verde en la llovizna.
No era el árbol.
Pero la nube, sí, y el viento
y la voz, el cuerpo y el alma del viento
y los miembros para el ansia del agua
y las entrañas para el deseo del sol
y el camino de alas transparentes.
No era el árbol.
Pero la luna, sí, y las aristas
multiformes de su luz metálica
y la vida en la carne de la fruta
y el instante de las manos
y el sosiego de alguna nostalgia.
No era el árbol.
Pero la tempestad, sí, y el tiempo
y el alba y el crepúsculo
y el hacedor del paisaje
y lo visible de las cosas terrestres
que antes fueron para ser él.
No era el árbol.
Pero la exaltación, sí, de lo pequeño
y el prodigio de la hierba a sus pies
y las puertas de la aurora adamascada
y el fin de la oscuridad;
y tal vez la intimidad de la estrella rosada.
No era el árbol.
Pero el hecho, sí, entre tantos hechos
y la atracción de los recuerdos
y el otoño, el invierno y el estío
y el cáliz de la serenidad
y los inquietos intersticios del cielo.
No era el árbol.
Pero la leyenda, sí, para evocar
la memoria de otros árboles
y de lo que no está en ellos
y tampoco en nosotros
y ha de caer en tiempo inmemorial.

La leyenda del árbol.
No es el árbol.
Nada más.
Es el tiempo inmemorial.


De El canto a oscuras. Pueden encontrar el libro completo aquí