Monday, September 29, 2014

A poem by Cecilia Podestá (Peru, 1981), my translation / Un poema de CP


Crossing Oneself

The father was lost in a
movement of the right hand that
started by suffocating the forehead
and descended
carrying death to the son in a straight line
as well as each sensation manufactured to
survive.

The father
was absent from the hands of the son
who evoked him
when forced,
he crossed the soul
attempting some desperate faith.

Then he imagined that god was his father

Yes,
he must be a strange god
Whereby he explained the father's
absence and the mother's devotion.

The son cut his hands.
Wrapped in ice
he gave them to her
so that she might find
the boiled skin of his forehead and death in his
chest
traversing her rage and her sexagenarian-woman skin
in the same hands she had grown by praying
to pay for the sin of absence.

The mother took the hands of the son.
She planted them in her garden of nameless dead
waiting to see how, from them,
grew the exact rage
to kill his body
and invent it in exile.

He learned to drink from the ice that slid down his rough skin
also to defecate,
surrender on the yellow grass
that rejected him
where he found his baptism.

He would only know how to carry sounds
inside that hungry,
toothless mouth
trying to touch them with
his sick tongue between parched,
blue lips,
those that had seldom tasted a woman's breast.

It's that if he could talk
he'd say he learned his rumpus
is like the frolicking of two needles
brushing one against the other,
laughing,
sweating their thirst
quenched by drinking from
the dry excrement in his skin
when ice brushes against him
falls
destroys
caresses.

And he has patiently learned
that I call him the ice man
he has deciphered through his wounds
that he lives inside a being
full of eyes
and yellow hands.
Hands that reinvent him in each line of this poem
Not knowing how to kill him
Because they still find
Some love on the dry, yellow grass.

From Juzgando los exilios. Retrieved from Urbanotopía.

La persignación

El padre estaba perdido /en un movimiento de la
mano derecha /que empezaba por sofocar la frente /
y bajaba / llevando la muerte al hijo en una línea
recta, / también cada sensación fabricada /
para sobrevivir. // El padre /estaba ausente de
las manos del hijo / que lo evocaba /cuando
obligado, / cruzaba el alma / intentando alguna fe
desesperada. // Entonces imaginaba que dios era
su padre // Si, / el debía ser un extraño dios /
Por lo que explicaba su ausencia / Y la devoción de
su madre. // El hijo se cortó las manos. / Envueltas en
hielo / se las entregó a ella / para que pudiera hallar /
la piel hervida de su frente y muerte en el / pecho /
recorriendo su rabia y piel de mujer sexagenaria /
en las mismas manos que hizo crecer rezando /
para pagar la culpa de la ausencia. // La madre aceptó
las manos del hijo. / Las sembró en su jardín de muertos
sin nombre /esperando a que crezca de ellas / la rabia
exacta / para matar su cuerpo / e inventarlo en el
exilio. // Aprendió a beber del hielo deslizado en su
piel áspera / también a defecar / entregándose sobre
el pasto amarillo / que lo rechazaba / y en el que descubría
su bautismo. // Sólo sabría llevar los ruidos /
dentro de esa boca hambrienta / y sin dientes /
tratando de tocarlos / con la lengua enferma entre labios
resecos / y morados, / los mismos que poco probaron
el seno de una mujer. // Y es que si pudiera hablar /
diría que aprendió que su bulla / es igual al retozar de dos
agujas /rozándose, / riendo, / sudando su sed /
que desaparece / bebiendo del excremento seco en su piel /
cuando el hielo lo roza / cae / destruye / y acaricia. //
Y ha descubierto con paciencia / que lo llamo el hombre del
hielo / ha descifrado en sus heridas / que habita dentro
un ser / lleno de ojos / y manos amarillas /
Manos que lo reinventan en cada línea de este poema /
Sin saber como matarlo // Porque aún encuentran /
Un poco de amor sobre el pasto seco y amarillo.

De Juzgando los exilios. Tomado de Urbanotopía

Friday, September 26, 2014

Virginia Woolf, on writing !! / Virginia Woolf, sobre la escritura II


I feel that I have had a blow; but it is not, as I thought as a child, simply a blow from an enemy hidden behind the cotton wool of daily life; it is or will become a revelation of some order; it is a token of some real thing behind appearances; and I make it real by putting it into words. It is only by putting it into words that I make it whole; this wholeness means that it has lost its power to hurt me; it gives me, perhaps because by doing so I take away the pain, a great delight to put the severed parts together. Perhaps this is the strongest pleasure known to me. It is the rapture I get when in writing I seem to be discovering what belongs to what; making a scene come right; making a character come together. From this I reach what I might call a philosophy; at any rate it is a constant idea of mine; that behind the cotton wool is hidden a pattern; that we-I mean all human beings-are connected with this; that the whole world is a work of art; that we are parts of the work of art. Hamlet or a Beethoven quartet is the truth about this vast mass that we call the world. But there is no Shakespeare, there is no Beethoven, certainly and emphatically there is no God; we are the words; we are the music; we are the thing itself.

From "A Sketch from the Past", in Moments of Being, Harcourt Brace Jovanovich, 1985. You can find a review of Moments of Being here.

Siento que recibí un golpe, pero no es, como lo pensaba de niña, simplemente un golpe de un enemigo oculto detrás de los copos de algodón de la vida cotidiana. Es o se convertirá en una revelación de algún tipo; es un signo de algo real detrás de las apariencias, y yo lo hago realidad poniéndolo en palabras. Es solo poniéndolo en palabras que lo completo, y esta plenitud significa que perdió su capacidad de dañarme; me brinda, quizá porque al hacerlo elimino el dolor, un gran placer reunir las partes amputadas. Quizá sea este el placer más intenso que conozco. Es el éxtasis que siento cuando, al escribir, es como si descubriera qué pertenece a qué: lograr que una escena funcione; hacer que un personaje tome forma. Desde aquí llego a algo que podría llamar una filosofía. De todos modos, es una idea constante para mí: que detrás de los copos de algodón hay un patrón escondido; que nosotros – quiero decir, todos los seres humanos – estamos conectados con él; que todo el mundo es una obra de arte; que somos partes de la obra de arte. Hamlet o un cuarteto de Beethoven es la verdad acerca de esta vasta masa que llamamos mundo. Pero no hay Shakespeare, no hay Beethoven, cierta y enfáticamente no hay Dios; somos las palabras; somos la música; somos la cosa misma.

De "A Sketch from the Past" [Un bosquejo del pasado], en Moments of Being [Momentos del ser], Harcourt Brace Jovanovich, 1985. Traducido al español como  Momentos de vida, Editorial Lumen, 2008. Pueden encontrar un fragmento del texto en español aquí.

Tuesday, September 23, 2014

Two poems by Constanza Marchant (Chile, 1988), my translation / Dos poemas de CM


Scarce

You withdraw from the names
that spin the silence of things
.
Alejandra Pizarnik



I

I will tattoo a handful of birds all over my body to braid the cavities of his memory and bite from time to time what's left of our fear.

II

I surrender daily life, his periphery, my legs and voices, I let him think I believe him; the opposite scares me. The habit of his streets is mine no longer, I dream with giant insects clinging like scabs to his back, they bite him, he moans, it seems I'm scratching him but I forgot how. Every now and then I divert my eyes that I won't look at him, I'm hardly charmed by the precarious borders of this house. I nail myself again to the passing drama of his body, then run after the dampness he leaves after crawling through my hallways and become ashes to soil his trace.

III

Sometimes I love him so much that it bothers me.

IV

I let him braid my hair to curve what I have in excess, this sorrow that falls asleep like a full plain between his toes, letting him crawl while he's lost, mute, lost and mute. I lack understanding him in his scarce body, watching as he agonizes in the twinge of another absence – one that is not mine because I tend to stagnate at his door like stale sawdust and to cover his holes with dirty words.

V

I run my fingers over the stamps to feel the jab of their corners, dirty and dark, like the broken journey of his reflection. I'm the "girl-deer," mother of dead objects.


The original was taken from the Círculo de poesía blog. You can find other poems in Spanish by CM here.



Escasa

Te alejas de los nombres
que hilan el silencio de las cosas.
Alejandra Pizarnik



I

Voy a tatuarme un puñado de pájaros por todo el cuerpo, para trenzar las cavidades de su recuerdo y morder de vez en cuando lo que nos resta de miedo.

II

Cedo la cotidianidad, su periferia, mis piernas y voces, dejo que piense que le creo, lo contrario me asusta. La costumbre de sus calles ya no me pertenece, sueño con insectos gigantes, aferrados como costras sobre su espalda, lo muerden, se queja, parece que lo araño pero olvidé como hacerlo. De vez en cuando viro la vista para no mirarlo, poco me seducen las fronteras inestables de ésta casa. Me clavo nuevamente en el drama pasajero de su cuerpo, entonces corro tras la humedad que deja después de arrastrarse por mis pasillos y me transformo en ceniza para ensuciar su rastro.

III

A veces lo quiero tanto que me molesta.

IV

Dejo que me trence el pelo para curvar lo que me sobra, esa desdicha que como llanura plena se duerme entre los dedos de sus pies, dejando que se arrastre perdido, mudo, perdido y mudo. Me falta comprenderlo en su cuerpo escaso, mirar mientras agoniza por la puntada de otra ausencia, una que no es la mía porque suelo estancarme en su puerta como aserrín añejo y cubrir sus agujeros de sucias palabras.

V

Recorro las estampillas con los dedos para sentir el puntazo de sus esquinas, sucias y oscuras, similares al recorrido roto de su reflejo. Soy la “niña ciervo”, madre de objetos muertos.


Tomado del blog de Círculo de poesía. Pueden encontrar otros poemas de CM aquí.


Thursday, September 18, 2014

Virginia Woolf on narrative / Virginia Woolf, acerca de la narrativa

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 The idea has come to me that what I want now to do is to saturate every atom.  I mean to eliminate all waste, deadness, superfluity: to give the moment whole; whatever it includes.  Say that the moment is a combination of thought; sensation; the void of the sea.  Waste, deadness, come from the inclusion of things that don't belong to the moment; this appalling narrative business of the realist:  getting on from lunch to dinner:  it is false, unreal, merely conventional.  Why admit anything to literature that is not poetry--by which I mean saturated?  Is that not my grudge against novelists? that they select nothing?  The poets succeeding by simplifying: practically everything is left out.  I want to put practically everything in: yet to saturate. That is what I want to do in The Moths [finally titled The Waves]. It must include nonsense, fact, sordidity: but made transparent.
(Virginia Woolf's Diary, November 28, 1928)

Me surgió la idea de que lo que quiero hacer ahora es saturar cada átomo. Me propongo eliminar todo desecho, lo muerto, lo superfluo: entregar el momento en pleno; sea lo que sea que este incluya. Digamos que el momento es una combinación de pensamiento; sensación; el vacío del mar. Los desechos, lo muerto vienen de la inclusión de cosas que no pertenecen al momento; esa espantosa manera de relatar del realista, proceder del almuerzo a la cena, es falsa, irreal, simplemente convencional. ¿Por qué incorporar en la literatura algo que no es poesía, con lo cual quiero decir, algo que no ha sido saturado? ¿No es esa la causa de mi animadversión hacia los novelistas? ¿Que no seleccionan nada? Los poetas lo logran mediante la simplificación: casi todo queda afuera. Yo quiero poner casi todo adentro: pero saturar. Eso es lo que quiero hacer en Las polillas [que finalmente tituló Las olas]. Debe incluir tonterías, datos, sordidez: pero transparentes. (Del diario de Virginia Woolf, 28 de noviembre de 1928)

Monday, September 15, 2014

A poem by Victoria Guerrero (Peru, 1971), my translation / Un poema de Victoria Guerrero

Healing
My body is an image of barrenness
Carmen Ollé
To Luz María


Sometimes I go out and say, "nobody's here," to say something, to invoke a lie, even if I stay inside, alone, looking at my navel grow under the evening. Friends come at all times. They come close to me and hug me tenderly so that my navel won't burst. I can see that they're scared every time I get up to follow the stream of my yellowish, chubby urine; that brook down which my vagina swings days and nights under a translucent body.
They all bring small things between their hands, things that can't hurt me. They want me to stay still, but that's impossible in view of so much hopelessly thrown liquid. They can't drink it. I can't drink it, it slips through my trembling fingers and I can't resign myself.
I come and go, go in and out, and they are still there, sniffing my rivulet of lies. I slam doors, I stamp my feet from my circle of water. I feel the rumor of waves incubating their screech in my belly. I choke on pills and cities and stupid weeping that strips everything of leaves and drives everything away.
Discouragingly, I simulate my own suicide. The more optimistic ones illuminate me with their horror. Finally they withdraw to leave me once again in my underground twilight.
Returned to my luminous hole, my body is a sphere, a great river that rocks over a shadow cliff. Unblinking, they sniff that rarified piece. They follow its path, gliding through an empty, initiatory room where lips, like love veils, are ripped.
Surely nobody else will return today, I say to myself. Then I pull down my pants to continue with the ritual of loss. We can't deny liquid. I would like to pee on every city to feel my trail every time I falter on a strange sidewalk. Or perhaps restrain the bitter spout until my bladder breaks bursting with its foam, and must run to feel how tides ebb and abate during the night.
Furtively, humming like a warm wave traversing the world, the small goddess of black tresses appears and with her minuscule hands pokes out on my belly, removes the mask that covers it, and, with her beautiful startled black eyes, heals me.

(Unpublished)


Sanación
Mi cuerpo es una imagen de lo estéril
Carmen Ollé
A Luz María

A veces salgo y digo: “no hay nadie”, por decir algo, por invocar una mentira, aunque yo permanezca adentro, solitaria, mirando mi ombligo crecer bajo la tarde. Los amigos vienen a cada momento. Se acercan y me abrazan suavecito para que mi ombligo no reviente. Puedo ver que tienen miedo cada vez que me levanto para seguir la corriente de mi orina amarillenta y rojiza. Ese arroyuelo por el que mi vagina se columpia días y noches bajo un cuerpo transparente.
Todos traen cosas pequeñas entre las manos, cosas que no puedan hacerme daño. Desean que permanezca inmóvil, pero es imposible ante tanto líquido que se arroja sin remedio. Ellos no lo pueden beber. Yo no lo puedo beber, se me escurre entre los dedos temblorosos y no me conformo.
Yo voy y vuelvo, entro y salgo, y ellos siguen allí husmeando mi riachuelo de mentiras. Tiro portazos, pataleo desde mi círculo de agua. Siento el murmullo de las olas incubando su chillido en mi vientre. Me atraganto de pastillas y de ciudades y de llantos estúpidos que todo lo deshojan y espantan.
Descorazonadoramente simulo mi propio suicidio. Los más optimistas me alumbran con su espanto. Al fin se retiran para dejarme otra vez en mi crepúsculo subterráneo.
Devuelta a mi agujero luminoso, mi cuerpo es una esfera, un gran río que se agita sobre un acantilado de sombras. Ellas olfatean aquel trozo enrarecido sin pestañear. Siguen su camino deslizándose por una habitación vacía, iniciática, donde se rasgan unos labios como velos del amor.
Seguramente nadie más regresará hoy, me digo. Entonces me bajo el pantalón para seguir con el ritual de la pérdida. Es imposible negar el líquido. Quisiera mear todas las ciudades para sentir mi rastro cada vez que titubeo sobre una acera extraña. O tal vez retener el amargo surtidor hasta que mi vejiga se quiebre repleta de su espuma y tenga que correr para sentir cómo bajan las mareas y se amansan por la noche.
Furtivamente, zumbando como un golpe cálido que atraviesa el mundo, aparece la diosa pequeñita de trenzas negras y con sus manos diminutas se asoma sobre mi vientre, extrae la máscara que lo cubre y con sus hermosos ojos negros sorprendidos me sana.

(Inédito)