The law of the couple imposes an unequal origin and the same
kind of subjection; by virtue of this law of the couple, the translated text is
placed as a second instance and as a second-class instance that depends on the
original and is dominated by it.
The features of this bond force into [translation] theory an
axiological range of opinions with two basic positions, both restrictive. On
the one hand, a host of voices rise to demand immaculate fidelity, like in Article
53; the version must follow the original and, what is more, must establish its
residence in it. Eva, albeit rib, must replicate Adam. On the other end are
those who assert, like a dogma or mystery, the idea that the version must be
unfaithful, the translation, inevitably, a betrayal to the original – “traduttore,
traditore.” One, a copy of the other or its negative. Whether they uphold
fidelity or betrayal, both positions adhere to the same value, which has two
sides. Such duplicity is one of the bases of the established hypocritical
morality. In addition, both claims, fidelity and betrayal, refer to the writing
of origin. In this way, the version is trapped inside a persecutory plot
whereby it is always suspect and must constantly prove its innocence.
From “Una
ponencia sobre la traducción” [A paper on translation] in Ensayos sobre la
traducción [Essays on Translation], Descierto
La ley de la
pareja impone un origen impar y una sujeción del mismo tipo; el escrito
traducido en virtud de esa ley de la pareja es ubicado como una segunda
instancia y como una instancia de segunda, dependiente del original y dominado
por él.
Las
características de este vínculo fuerzan en la teoría [de la traducción] un
espectro axiológico de opinión con dos posiciones básicas; ambas restrictivas: por
un lado, el cúmulo de voces que se alzan exigiendo fidelidad inmaculada: como
en el artículo 53, que la versión siga al original, y más aún que fije su
residencia en él. Que Eva, aún costilla, sea réplica de Adán. En el otro
extremo están los que afirman, como un dogma o un misterio, la idea de que la
versión debe ser infiel, la traducción inevitablemente traición del original,
el “traduttore, traditore”. Una copia de la otra, o su negativo, ambas
posiciones, cuando afirman la fidelidad o la traición, adhieren al mismo valor,
que tiene dos caras, duplicidad que es uno de los fundamentos de la hipócrita
moral instituida. Además ambas reivindicaciones, la fidelidad o la traición,
remiten al escrito del origen, de modo que la versión queda sujeta dentro de
una trama persecutoria según la cual siempre es sospechosa, debe rendir cuentas
de inocencia constante.
De “Una ponencia
sobre la traducción” en Ensayos sobre la traducción, Descierto